se repite el
ciclo, el uroboros del nunca acabar, subiendo mi espíritu a un nivel nunca
antes alcanzado, pero mi alma cae a un abismo de tinieblas del cual sus cimientos
son el propio averno, mas allá del suelo, mas allá del núcleo de la tierra,
existe un huevo, un hoyo espiritual en el cual he caído, y en él, me he
encontrado con mi mente, mis pensamientos y razones de vida, `me he encontrado con mi odio, mis sueños,
mis esperanzas, creencias y fe, encadenadas en un poste, siendo torturadas por
la lógica, esta las despelleja y quita su piel con sus sucios y afilados
dientes, escucho sus gritos de dolor retumbando en mi corazón, mientras sangran
mis oídos, para no volver a escuchar la música sacra del amor.
Me encuentro en
un averno, donde lo ilegal se fuma la decencia, la demencia se folla el
autocontrol, donde el cinismo es la única vía existencial, un averno donde me
encuentro solo con todos mis sentidos, un averno donde más nadie existe, y
nadie se apodera de mi, donde mi propia mente juega conmigo y me atormenta, me
desangra lentamente y pellizca cada poro de mi piel, solamente para hacerme
entender lo pequeño que soy, lo diminuto que soy comparado con ella, ella es
todo mi ser, mi persona, mi todo.
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