Descompuesto, enfermo, triste, perturbado, pueden llamarme
como quieran, puedo ser para ustedes lo que deseen, pueden llamarme basura,
pueden incluso muchos ver mi buen lado, saber que soy su amigo, ver mis
virtudes, pero simple y sencillamente… Estoy roto.
Roto, completamente roto, por momentos adherido como con
cinta adhesiva, la cual gasta su pegamento muy pronto, y vuelven los pedazos a
estar esparcidos por el duro, frío y solitario suelo.
Roto de una manera la cual sabes que nunca podrás o podrán
arreglar, simplemente esconderlo debajo de la almohada y utilizar solamente la
parte útil, si es que existe alguna, quizás puedan convencerme de que no, solo
hay un pequeño daño reparable, que con pláticas y afecto se cura, que por
agradecimiento debería haberme arreglado, como que con un simple “reparo” se
solucionaran las cosas, cuando en realidad los pedazos debajo de la alfombra
son pisoteados y se siguen rompiendo, cada vez estoy mas roto, mas esparcido,
siendo menos, reduciendo mi ser a simple sombras y quimeras.
Pero si esta es una hermosa escena, aun mas hermoso es el
hecho de que aún roto, tengo sueños, pequeños destellos de esperanza cruzan por
mi mente, fugaces, veloces, pero siguen siendo esperanzas,.. Dios, existe algo
mas lamentable que el feo jarrón roto escondido debajo de la alfombra,
queriendo compartir puesto con la lámpara de lujo, que está frente a la puerta
principal, donde cualquier visitante esta obligado a mirarla y admirarla.
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