domingo, 27 de mayo de 2012

Diálogo con Satán


De la corte del demonio surge una luz de justicia, proclamando a los acusados palabras consoladoras.
-          ¿Qué deseas? -  dijo el diablo

+Dar consuelo – respondió la voz.

-          ¿Por qué dar esperanzas a unas almas condenadas?

+ Entonces, ¿Por qué condenarlos sin haber visto antes las tinieblas de su alma?

-          ¡Son Humanos! No hay lugar para la luz en su conciencia.

+ ¡Prejuicio! ¡Blasfemia! no has tocado cada alma, invadido cada corazón, tus tinieblas no se han follado a toda la raza humana.

-          Que esperar de una raza tan débil, una raza tan repulsiva que ella misma se asquea, sus actos son tan depravados, su mente tan retorcida  y su historia tan lamentable, que hasta YO recibo plegarias para la eliminación definitiva de su raza.

+ ¡Que ignorancia! Se nota que tu inteligencia no iguala tu sabiduría, si existen humanos asqueados de su raza, es porque su bondad no concibe la demencia espiritual de su entorno, y si incluso piden su propia eliminación es porque están dispuestos a sacrificarse para eliminar el mal del mundo.

-          ¡JA!, quienes me lo han pedido, sin duda les asquea su raza, el mal y la perversión, pero solo porque su alma ya está invadida por la soledad, las penumbras y el odio, no se sienten parte de la suciedad social que les rodea, y los pocos que no aprietan el gatillo en su contra, mutilan su ser con pensamientos autodestructivos hasta consumirse en su miseria.

+ ¡Alabado sea el dolor! Si éste toma las almas y la suaviza,  pero he encontrado, visto y tratado con al menos un ser humano puro, con su alma inmaculada, su mente estable y sin tantas tinieblas ni pesares como has descrito, un alma generosa, curadora de heridas y reconfortadora de espíritus caídos.

-          Cuando quieras me la presentas, porque yo, rey de las tinieblas, Señor de la mañana, El Ángel caído y levantado, aún no he visto  un alma así.

+ Ni la verás, ella nunca se acercará a tu mugrienta presencia, a tu asqueroso reino, ni a mencionar siquiera tu maldito nombre.

-          ¿Quién demonios eres? ¡Cómo osas hablar así a tu señor, al señor de todos, al príncipe del mundo, os cogeré y torturaré eternamente en mi dulce y virulento fuego.

Y en una nube de hermoso fuego azul, desaparece Satán y lleva sus acusados con él, condenándolos al fuego eterno.

0 comentarios: