De la corte del demonio surge una luz de justicia, proclamando
a los acusados palabras consoladoras.
-
¿Qué deseas? - dijo el diablo
+Dar consuelo – respondió la voz.
-
¿Por qué dar esperanzas a unas almas condenadas?
+ Entonces, ¿Por qué condenarlos sin haber
visto antes las tinieblas de su alma?
-
¡Son Humanos! No hay lugar para la luz en su
conciencia.
+ ¡Prejuicio! ¡Blasfemia! no has tocado cada
alma, invadido cada corazón, tus tinieblas no se han follado a toda la raza
humana.
-
Que esperar de una raza tan débil, una raza tan
repulsiva que ella misma se asquea, sus actos son tan depravados, su mente tan
retorcida y su historia tan lamentable,
que hasta YO recibo plegarias para la eliminación definitiva de su raza.
+ ¡Que ignorancia! Se nota que tu
inteligencia no iguala tu sabiduría, si existen humanos asqueados de su raza,
es porque su bondad no concibe la demencia espiritual de su entorno, y si
incluso piden su propia eliminación es porque están dispuestos a sacrificarse
para eliminar el mal del mundo.
-
¡JA!, quienes me lo han pedido, sin duda les
asquea su raza, el mal y la perversión, pero solo porque su alma ya está
invadida por la soledad, las penumbras y el odio, no se sienten parte de la
suciedad social que les rodea, y los pocos que no aprietan el gatillo en su
contra, mutilan su ser con pensamientos autodestructivos hasta consumirse en su
miseria.
+ ¡Alabado sea el dolor! Si éste toma las
almas y la suaviza, pero he encontrado,
visto y tratado con al menos un ser humano puro, con su alma inmaculada, su
mente estable y sin tantas tinieblas ni pesares como has descrito, un alma
generosa, curadora de heridas y reconfortadora de espíritus caídos.
-
Cuando quieras me la presentas, porque yo, rey
de las tinieblas, Señor de la mañana, El Ángel caído y levantado, aún no he
visto un alma así.
+ Ni la verás, ella nunca se acercará a tu
mugrienta presencia, a tu asqueroso reino, ni a mencionar siquiera tu maldito
nombre.
-
¿Quién demonios eres? ¡Cómo osas hablar así a tu
señor, al señor de todos, al príncipe del mundo, os cogeré y torturaré
eternamente en mi dulce y virulento fuego.
Y en una nube de hermoso fuego azul,
desaparece Satán y lleva sus acusados con él, condenándolos al fuego eterno.
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