Dos alientos que se mezclan en deseo; cuerpos que se acercan imaginando el momento vértice del placer; ojos que solicitan asalto; gemidos que resultan incontenibles cuando apenas he lastrado su cuello al compás de un órgano sinhueso. Comienzo a cincelar una marca perenne.
Amantes a lo vertical, bestias a lo horizontal, unimos nuestras manos cual si deseáramos que estas se fundieran en una sola piel. En su mirada perdida de la cual irradia una mixtura de agonía y vasto placer, encuentro el móvil ideal; infractor de repetidos orgasmos mentales.
La insuficiente saliva lubrica el acto, si esta se ha de secar a horillas de su oasis, me suelo deleitar con lo que veo provocar; cuando la fría saliva que envuelve mi lengua penetra en su oído. Inverosímil.
Sus senos, son el momento entre paréntesis del coito, ellos apaciguan mi pelvis, me infringen instantes de admiración, provocan detener el tiempo, me atrapan la mirada y arrestan mi lengua entre protuberante piel rosa.
Competimos por sudor, en nuestro espacio eyacular resulta tan fácil como respirar, para ella represento una masculinidad invencible, para mí es la diosa del altar a la cual me permito consagrar las oraciones de una noche.
Cuando despertemos, sé que no seré quien soy; con mi acostumbrada resaca sexual y con nociones de un momento solemne; y para ti y tus particulares gemidos, llegó la hora de partir….
Rodnie Jorge.
lunes, 22 de noviembre de 2010
“Maratón lascivo”.
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4 comentarios:
Complacido el Fan Club!
wuaoooooooo me encanto solo tu escribes asi, tan tu, gracias por complacerme.
Muy buena esta entrada....intenso y absorbente...me recuerda de las novelas de una de mis escritores favoritos: Zoé Valdés
Como siempre, estás escribiendo a la maravilla...k sigas asi.
Gracias Gracias !!
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